viernes, 26 de agosto de 2016

Día 10: Así vemos la Ciudad antigua de Lijiang

Lijiang es una ciudad fundada en el siglo XII y que ha albergado desde entonces a la cultura Naxi, casi hasta nuestros días.

Su parte antigua son todo un escenario que comprende todo aquello que uno se imagina cuando piensa en una ciudad China tradicional.
  
 

Sus calles son estrechas, empedradas, sin circulación vehículos a motor, 


Casas de madera pintadas de color rojo, unas restauradas y otras no tanto, afectadas por el paso del tiempo. Techos negros construidos con tejas de pizarra, y con las cuatro puntas alzadas.


Canales de agua limpia que abrazan las calles, y puentes uniendo calles y plazas.


El ambiente es como para rodar una película China antigua, un perfecto escenario donde no haría falta añadir ni un solo decorado.

Este es el Lijiang que uno puede saborear a determinadas horas, y es que esta ciudad tan hermosa se puso en el punto de mira de las autoridades de turismo del Gobierno Chino hace algo más de una década. Desde entonces, recibe oleadas de turistas chinos que invaden y saturan los callejones y las calles centenarias.

Lijiang, a las 08:00h antes de la llegada de turistas chinos.

A primera hora de la mañana, las calles recuperan ese sabor añejo y auténtico.





Las tiendas mantienen las puertas cerradas, a excepción de los pequeños restaurantes que ofrecen desayunos a los más madrugadores. Hay silencio y paz, y realmente da gusto salir del hotel a caminar y hacer fotos a todos aquellos rincones que a uno se le aparezca.




Lijiang, tras el desembarco de los grupos de turistas chinos.

Poco a poco la ciudad vieja de Lijiang despierta, los dueños de los negocios comienzan a abrir puertas, los repartidores pasan a entregar mercancías a los puestos... Y se va incrementando la circulación de personas por la calle.

 



Lo peor viene cuando se acercan los guías con su bandera alzada y con un altavoz destinado a ser escuchado a unos buenos metros, perseguidos de manadas de personas a modo de ganado, invadiendo las calles centrales del casco antiguo de la ciudad.





En momentos punta, casi no se puede ni circular por determinados puntos.



En ese momento, se esfuma el ambiente bucólico, la tradición milenaria China y el escenario de película. Aparecen las tiendas chabacanas de venta de tambores, de zumos tailandeses de Durian o Mango, ropa, té, pasteles, restaurantes sin encanto listos para dar de comer a muchas personas en poco tiempo, tiendas de fotografía que te prestan ropas de gala tradicionales para que mujeres chinas se sientan reynas Naxi durante un rato...







Los negocios se repiten, hay más tiendas de tambores africanos en Lijiang que en todo Senegal, a veces puerta con puerta. Todos con el mismo sistema, una chica vestida étnicamente, tocando casi todo el día, casi la misma canción.





¿Vale la pena venir a Lijiang ?

Después de oír hablar en este blog sobre la cantidad de turistas chinos que visitan en masa esta ciudad, uno se puede plantear si vale la pena o no venir a pasar unos días a esta ciudad.

Desde nuestro punto de vista, vale mucho la pena parar en esta ciudad si se está de ruta por la provincia de Yunnan. 

La ciudad es muy, muy bonita, y las ventajas superan los inconvenientes. 

Nuestra recomendación es visitar el centro y los puntos clave temprano, los turistas de grupo no madrugan mucho. Además la gran invasión llega por la tarde, a partir de las 18:00h.

La masa prácticamente se queda en un espacio muy reducido, las calles centrales, a la que uno se aparta un poco baja mucho la cantidad de gente.

Si estáis por aquí, hacer un alto en el camino!!


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