domingo, 31 de agosto de 2014

Día 24: Bodhnath, la mayor estupa del mundo.

Tras la visita un tanto decepcionante a Pashupatinath caminamos 15/20 minutos hasta la estupa más grande del mundo, la de Bodhnath.

                          

La entrada cuesta 250 NPR, aunque nos pasó una cosa curiosa respecto al pago. Por adelantar un  poco nos metimos una calle antes y caminamos hasta que no se cómo aparecimos en la parte de atrás de la estupa. Allí nadie nos pidió que pagásemos, sólo nos dimos cuenta de que era de pago a la salida cuando vimos la caseta de tickets. No animo a dejar de pagar... Sólo cuento lo que nos ha pasado.

A diferencia de otros sitios, aquí si que hemos sentido el fervor religioso y la espiritualidad del lugar.

     

Los ojos de Buda miran a los cuatro puntos cardinales, no se les puede ocultar nada. Alrededor de la estupa se han ubicado muchos templos, entre ellos tibetanos. Esto provoca que se vean monjes por todos los sitios caminando alrededor, orando o meditando.

   

   

Los fieles creyentes dan vueltas a la estupa haciendo girar los rodillos de oración, realizando pequeñas ofrendas, tocando el humo del incienso... Este lugar no parece Disney, aquí viene la gente que vive con pasión su religión.

                                 

La estupa se construyó en el año 600, por un rey Tibetano al convertirse al Budismo, y como penitencia por haber matado a su padre. 

   

Respecto a su gran tamaño, un guía me contó, que el rey encargó la estupa a un monje. El monje le pidió un terreno donde ubicarla, el Rey le preguntó que cuantos metros necesitaría, y el monje le comentó que el que saliese de una piel de vaca. El Rey confiado dijo, que para esas dimensiones que la ubicase donde quisiese y que contase con el dinero que estimase. El monje cogió una piel de vaca, la cortó a tiritas finas y las unió, con la gran cinta que le salió marcó el perímetro de esta enorme estupa!! 

 

Este sí es una visita obligada si uno pasa por Kathmandú.






sábado, 30 de agosto de 2014

Día 24: Más visitas en Kathmandú, el templo de Pashupatinath.

De vuelta a Kathmandú aún quedaban unas visitas por hacer, como la visita al Templo de Pashupatinath.

   

La visita al templo está restringida a los no Hindús, así que no hay manera de ver lo que hay en su interior. Se trata de uno de los lugares más espirituales de Nepal, a orillas río sagrado para los nepalíes Bagnati. Este río es para esta ciudad lo que el Ganges para Varanasi.

Lo que si que se permite visitar con total libertad es el río y sus pilas crematorias, previo pago de una entrada de 1.000 NPR uno de los precios más altos de este viaje.

                         

En estas pilas se efectúan las cremaciones de las personas difuntas que desean limpiar su karma y poder salir del ciclo de reencarnaciones.

Al lugar se le supone una espiritualidad tremenda, que no percibimos en ningún momento por ningún sitio. Se trata de un lugar donde hay personas pasando un momento muy triste, mientras en el otro lado grupos de turistas toman fotos como si estuviesen en Disney. 

        

No le encontramos el sentido a pagar una entrada por ver un espectáculo fúnebre, se pueden hacer fotos sin problemas, nadie dice nada ni hay restricción.

Durante nuestra visita se celebraron como unas cinco cremaciones, y si que cabe destacar que la preparación es todo un ritual, nada se hace de manera aleatoria, todo tiene su orden y simbología.

    

   

   

Dan un cierto exotismo los sadhus que se encuentran merodeando por las estupas, aunque ciertámente más que meditar o rezar, están mucho más pendientes de hacerse fotos con turistas.

                             

Como conclusión, desde nuestro punto de vista se trata de un lugar bastante prescindible de visitar.









Día 24: Hasta la vista Bután.

A las 07:30h ya estábamos embarcados en el Druk Air que nos iba a devolver a Kathmandú.

            

En algún sitio ya me habían advertido de una cosa interesante... Cuando uno viene a Bután desde Kathmandú lo ideal es sentarse en los asientos de la izquierda de la aeronave. Cuando se sale uno si puede tiene que pedir los asientos de la derecha. ¿Porqué? Por esto...

                                      

                                

Si el día está despejado como hoy podrás tener esta vista de la cordillera Himalaya. Incluso el piloto nos ha avisado cuando pasábamos por el Everest, es el pico de en medio, que ya se ve más alto que los de alrededor. 

                                       

Hasta el final Bután nos ha dado más de lo que esperábamos.

Nos vemos a la próxima.







viernes, 29 de agosto de 2014

Día 23: La gran visita de Bután, subida al Templo del Nido del Tigre.

Cuando uno pone imágenes de Bután en Google, lo primero que le va a salir es una postal muy parecida a esta.

                                           

Se trata del templo insignia del país, su nombre en dzongkha es Taktshang Goemba, lo que sería en nuestro idioma como el Monasterio del Nido del Tigre.

El famoso conjunto se encuentra en la ciudad de Paro, a unos 3.100 metros sobre en nivel del mar, y ahí radica la dificultad, entre la zona de aparcamiento y el Monasterio hay un desnivel de 750 metros!!

Hay que caminar por un sendero hasta la cima, afortunadamente las vistas que se van recogiendo son excelentes:

            

Hay una alternativa a la caminata, subir en caballo... Aunque no lo hemos contemplado.

                                      

Cuando uno lleva un buen rato de ascensión comienza a ver a lo lejos el destino... Cuanto queda!!

                                     

El calor aprieta y el guía se hace su sombrero natural,

                                      

Pasa una hora más y nos volvemos a cruzar con los caballos bajando... Y uno comienza a preguntarse, ¿Cuánto costaba lo de los caballos? Por sí a alguien le interesa, 8€ hasta la cafetería y 10€ hasta casi arriba. Así y todo la opción caballo tampoco parece de una gran fiabilidadcon este terreno, aunque seguro que te cansas menos.

               

Por suerte la ruta te lleva a descansillos bien buenos, y poco a poco se va viendo más grande el Nido del Tigre.                                         
                                                         

                                     

Parece que está ahí mismo, pero la realidad es que se encuentra enfrente y entre medias hay un acantilado que sortear, así que toca caminar más.

Mientras tanto las banderas de oración te van animando!!

               

Las escalinatas, la cascada... Muy, muy duro! Hay que estar en buena forma para no desistir. Pero al final se llega a esta postal...

  

El conjunto está ubicado en un acantilado, da la sensación de estar cogido entre alfileres y que en cualquier momento se pueda desmoronar. 

Desde su construcción a principios del siglo XVII, el monasterio ha sufrido varios incendios, así que se ha reconstruido en varias ocasiones. El último incendio en 1998, y fue terminado su reconstrucción en 2005.

   

El Monasterio del Nido del Tigre, debe su nombre y su ubicación a una leyenda. Se cuenta que el introductor del budismo en Bután, Padmasambhava, meditó en una cueva, hoy integrada en el recinto, y llegó hasta este punto montando en una tigresa voladora desde el Tíbet.

Un poco rocambolesco, pero así son las leyendas.

    

                                   

Hemos comenzado la ascensión a las 10:00 am y hemos vuelto al parking a las 15:30 pm. En total cinco horas y media, teniendo en cuenta que hemos parado a comer un ratito.

Merecido el descanso en el Tashi Namgay de Paro justo enfrente del aeropuerto, y es que esta ha sido nuestra última visita en Bután. Mañana vuelta a Kathmandú a primera hora, esto se va acabando.