domingo, 27 de agosto de 2017

Día 6: Geishas en Kioto.

En el centro de Kioto se encuentra el barrio de Gion, el cual es históricamente conocido como el barrio de las Geishas. Evidentemente mucho ha cambiado este barrio en tantos siglos de historia.




El barrio ofrece una imagen de casas bajas, calles peatonales y restaurantes tradicionales. Muy amigable para pasar una buena tarde y aprovechar para cenar. Ni que decir, que pasear solo, es imposible.




Hoy en día el oficio de Geisha sigue en activo, aunque es ciertamente difícil ver a una auténtica por la calle, hay que ir a lugares especializados donde realizan sus actuaciones. Cosa que no es nada barato, una cena donde participe el espectáculo de Geisha puede salir entre 100-300€ por persona en función del local.

Lo que sí se puede ver en gran cantidad, son mujeres que se visten de manera tradicional para pasar el día y vivir con más intensidad su visita a Kioto.


Después hay negocios donde disfrazan a visitantes mucho más allá de la manera tradicional. Aunque también transforman a hombres, están especialmente dedicados a  mujeres llegan mucho más allá de vestimentas tradicionales.


Consiguen que una visitante viva la experiencia de sentirse Geisha un por día, maquillaje especial, peinado y un vestido tremendamente sofisticado. Todo este festín se acompaña con un reportaje fotográfico para el recuerdo: Hay que preparar unos 200€.



Nos encontramos con una pareja de españoles!! Unos chicos de Valladolid que se mimetizaron a lo samurái y Geisha, como en siglos atrás. Tranquilamente pasearon por el barrio.



 Aunque, tranquilos, tranquilos no iban un montón de personas les paraban para hacerles fotos.




Intentar cenar o comer en este barrio, es meterse en la boca del lobo... restaurantes caros, muy caros y selectos. No aptos para presupuestos pequeños.

Pero al final de la calle principal (Shijo Dori) de Gion, se tropieza con la calle perpendicular Hisgashioji. Bueno, pues volteando a mano derecha hay está el pequeño restaurante Restaurante Hanamichi  regentado por un matrimonio que es una joya. Comida rica a la plancha por muy poco dinero.


          

         

         

        

       



viernes, 25 de agosto de 2017

Día 5: Visitar el Santuario de Fushimi-Inari.

Solamente por esta visita, ya valdría la pena ir a Kioto! Y es que, sin duda, en este santuario uno se va a llevar esos recuerdos de viaje que perdurarán toda la vida.

¿Cómo se llega? Pues para amortizar la JR Pass, lo ideal es ir a la estación central de tren y tomar uno con sentido a Nara y en dos o tres paradas te deja justo a la puerta de Fushimi Inari. No se tarda más de 15 minutos.

A la llegada, recibe a los visitantes un gran Torii, ante sala del camino que se viene a continuación.



  
Los Torii, son arcos se encuentran en casi todos los templos Sintoístas de Japón y representan la separación entre lo mundano y lo sagrado. En este enclave se encuentran la mayor cantidad de todo el país.


De hecho la gracia, es recorrer los cuatro kilómetros de senda y atravesar los miles de arcos que se van encontrando.




  
A uno le viene a la cabeza al pasar por estos arcos la escena de "Memorias de una Gheisa" donde la protagonista corre de niña por el santuario.


El camino, no es nada llano, tiene una cierta dificultad y hay que subir rampas y muchas escaleras.   Te encuentras con mucha gente que desiste de subir a la cima de la colina y te la vas encontrando de frente.



Tal y como se avanza se van llegado a pequeños altares donde las personas van realizando sus ofrendas, en forma de Torii.









Como todo buen esfuerzo, tiene recompensa. En lo alto de la colina se puede disfrutar de una vista genial de Kioto.




Pero claro, este santuario es una visita obligatoria para todos los visitantes de Kioto, abre a las 08:30h A.M. ¿Y qué pasa si no se va a primera hora? Pues que se satura, y ya no te puedes hacer ni una sola foto en solitario, además de ir como en manifestación por los Toriis.

                            

 



Así que muy aconsejable madrugar y salir a las diez u once de la mañana a más tardar.


Información práctica: Internet y Wifi.

Como no podía ser de otra manera, en este país tan tecnológicamente avanzado, es muy fácil encontrar dónde conectarse a Internet.



En primer lugar, en aeropuertos, estaciones de tren, o metro hay Wifi gratis con bastante buena cobertura. Y ni que decir en cafeterías, restaurantes, hoteles... todos sin excepción tiene una buena red. 

Para cuando estás fuera de los sitios públicos y deseas estar conectado hay dos alternatinas a tener en cuenta.

En aeropuertos te pueden alquilar un Wifi portatil más o menos como este:

                                     

Hay muchos puntos de venta, muchas compañías,


El servicio lo valoramos un poco caro, nos ofrecieron por unos 100€ por el alquiler del aparato y 10GB de datos.

Pero antes de alquilarlo, estaría bien preguntar si el hospedaje al que os alojáis os presta uno. En nuestro caso particular, en los dos apartamentos donde nos hemos quedado en Tokio tenían este WIFI portátil para que hiciésemos uso de él y gratis. 

La segunda alternativa es hacerse con una linea de prepago, por consiguiente hay que traerse un teléfono libre de casa. Es mucho más económico que el alquiler del aparato, y sobre todo se puede adquirir en muchísimos sitios, inclusive en máquinas expendedoras de tarjetas SIM que las hay en estaciones. 

                                                   

Vamos que te llevas una linea de usar y tirar. Es muy fácil de contratar y se acabas con los megas se puede recargar on-line.



jueves, 17 de agosto de 2017

Día 4: Kioto ciudad de templos. Templos de Kinkaku-ji y Ryoan-ji


En la zona noreste de Kioto se encuentran estos dos templos Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

No cabe duda de que no son templos tranquilos, todos los visitantes de la ciudad acaban pasando por aquí. Por consiguiente, el ambiente zen, la paz y el sosiego, hay que buscarlo en otros lugares.  

Templo de Kinkaku-ji

Se llega muy bien con la linea turística de bus 101 o con la 205. Entrada 500 Yenes.

                                       

También lo llaman el pabellón de Oro, a la vista está,

                               


Aunque el templo fue creado en el siglo XIV, su aspecto a día de hoy es relativamente actual y es que un monje se quiso suicidar allá por 1950 quemando el edificio principal. Hubo que reconstruirlo después para que quedase como hoy. 


         

                         

A pesar del número de personas, el paseo es muy agradable y vale la pena estar una horita dando la vuelta a los jardines.

                                     


                             




Templo de Ryoan-ji

Justo saliendo de Kiankaku-ji hay una parada de autobús, el 59 te lleva directamente a la puerta de Ryoan-ji. Así que hacer los dos templos juntos conviene bastante, no hay mucha distancia.



                     

¿Qué tiene de peculiar este templo respecto a otros? Pues justamente esto:

                        

Un jardín Zen rectangular de unos 30 metros de largo y 15 de ancho. Está compuesto por un patio de grava, que a diario peinan los monjes simulando lo remolinos de los ríos y las las del mar, también 15 rocas que simbolizan los continentes y las islas del planeta.




A continuación se puede dar un pequeño paseo alrededor de un jardín que bordea un lago.