viernes, 26 de agosto de 2016

Día 11: En las proximidades de Lijiang, el pueblo de Baisha

Sin duda una de las pequeñas sorpresas positivas de este viaje a China ha sido la visita a la población  de Baisha.

Se trata de un pequeño pueblo situado a unos 15 kilómetros de Lijiang, que fue en su día capital del reino de los Naxi. Hoy en día, ya no tiene nada de capital, pero sí todos sus habitantes pertenecen a esta minoría étnica.

Aunque en las guías de viaje recomendaba varias maneras de llegar a Baisha, preguntando hemos encontrado una fácil y económica. Justo enfrente de los molinos, saliendo de la ciudad vieja de Lijiang, hay una parada de bus. Se puede coger el bus número 6 y por 1 yuan te lleva hasta Baisha. A la vuelta lo mismo, con múltiples frecuencias.

Baisha te recibe con tenderetes de antigüedades (o cosas viejas), mujeres Naxi vendiendo frutas, verduras, comidas, haciendo sus compras...






Se nota que no estamos en un lugar estresante, es un lugar donde la vida corre despacio, la gente va a pie, hay poco ruido. Este es un pueblo que no vive principalmente del turismo, sino de su economía tradicional, de lo de siempre.



Personaje local: Doctor Ho Shi Xiu

Habíamos leído en un par de guías que en Baisha había un médico de medicina tradicional China, famosísimo en el mundo entero.

Paseando, paseando... El Dr. Ho !!


No tenía muchas esperanzas de conocerlo, en la última edición de la Lonely Planet (2011) tenía 87 años. Habla perfectamente inglés, y me dijo que tenía 94 años, y su mujer 93, y no se le veía nada mal.

 

La transcendencia del Dr. Ho es que en el año 86, estando de médico herbolario en Pekín contrajo una enfermedad que parecía ser mortal. Entonces regresó a su Baisha y comenzó a buscar en las montañas de la zona, todas aquellas hierbas que pensaba le podían curar. Y así fue, se curó y han pasado muchos años de ello. Durante este tiempo han pasado periodistas de muchos países ha hacerle entrevistas que le han dado fama. El doctor, tiene enmarcado todos los recortes de prensa donde de alude a él. Incluso tiene su historia en muchos idiomas y te la da para que te la leas, y le tomes una foto.


La anécdota del viaje, la señora Liu.

Sin duda es de largo la anécdota más curiosa de la aventura China. Íbamos caminando tranquilamente por una de las calles, cuando una señora nos llamó y nos pidió que la siguiésemos a su casa...


Y nos hizo sentar en una mesa y empezó a mostrarnos sus libros de firmas de otros viajeros,


La señora Liu tenía una cantidad enorme de cuadernos de gente de todos los países a los cuales la señora había invitado a su casa. Parece que tiene como afición, captar a gente a su casa, sacarles algo de comer y un té y pedir que firmen en sus libros de visita. Además es casa de huéspedes, y nosotros le dejamos una propina.


Toda esa montaña de libros contiene mensajes, dibujos, tarjetas de visita, monedas... Todo un recopilatorio universal de personas que dan fé de haber estado sentados allí mismo con la señora Liu.



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