Esta estación parece un poco más calmada que otras en la que hemos estado, así y todo hay un trasiego de personal tremendo, y es que los trenes son larguísimos, y cabe una enorme cantidad de gente.
Hoy como unos señores en la primera clase India...
En apariencia es un camarote como el del otro día, una doble litera una en frente de la otra y poca cosa más. Pero la diferencia es enorme, la limpieza y pulcritud es absoluta, te ponen sábanas, mantas y almohadas recién lavadas, los compartimentos cierran con una puerta y no con cortinas asquerosas... En fin que se está muchísimo mejor, y realmente no es excesivamente caro para un extranjero, unas 1.200 Rps. por persona.
Cuando un tren llega a las estaciones viene la movida para acceder a los vagones de tercera clase...
Y es que la tercera clase es donde viaja la marabunta india, es sin numerar, y si no te haces un hueco entre la multitud te quedas sin asiento. Estos remolinos sólo y únicamente se hacen en este tipo de vagones, en el resto se accede normal, sin empujones o avalanchas... Y el que no se da prisa:
Te toca viajar de pie, apretado hacia una ventana, o sentado en cualquier lado!
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