viernes, 15 de agosto de 2014

Día 8: Después de visitar el Taj, aún quedan más cosas en Agra.

Tras el gran madrugón que nos hemos dado, regresamos a nuestro hotel a tomar desayuno, ya hacía hambre.

Tras reponer fuerzas le pedimos a nuestro conductor de rickshaw que nos llevase a un nuevo mausoleo, el de Sikandra situado a 12 km del centro de Agra. Aunque ya hemos visto bastantes tumbas gigantescas no deja de ser unos monumentos que sorprendan y valga la pena visitar. Al fin y al  cabo pertenecen al pasado cultural de India.

La llegada a Sikandra ofrece una visión tremenda...

                                 

                                 

Esos cuatro minaretes blancos, junto al gres rojo nos dan una fachada espléndida !

Tras pasar la primera puerta queda al fondo la tumba del emperador Akbar, el cual durante su gobierno creó un clima de comprensión y respeto entre las religiones hinduistas, musulmanas y budistas.

                      

Fruto de este respeto mezcló los distintos estilos en su obra funeraria.

  

      

Una de las peculiaridades de este recinto, es que en su espacio verde conviven ciervos y monos, campando a sus anchas.


El conductor que nos ha estado paseando estos días por Agra, ha sido este señor...

                                      

Gracias a su audacia, hemos sobrevivido al infernal tráfico de la ciudad... Ah le hemos pagado por hoy 1000 Rps. (12,50€) y ha estado trabajando para nosotros algo más de 7 horas. Aquí se pueden conseguir cosas más baratas, pero nos pareció un precio justo.









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