Malasia es un país de mezclas étnicas, en la calle se ven musulmanes, hinduistas, debido a las grandes comunidades de indios y pakistaníes, chinos, y muchísima gente que viste al estilo occidental. Podría parecer una mezcla explosiva, pero realmente se respira una convivencia tranquila.
Hoy ha tocado un acercamiento a la cultura hinduista y hemos visitado el templo sagrado más importante fuera de India, se trata de las Cuevas de Batu.
Da la bienvenida a la cueva principal la estatua más grande del mundo del dios Muga, 43 metros de alto. El tamaño te avisa de la que se te viene a continuación, una gigantesca escalera de 272 peldaños!
Por el camino puedes ir observando varias esculturas de divinidades de la simbología hindú que te van saliendo al paso...
Además de muchos turistas también puedes encontrarte con unos residentes muy especiales: Monos. Están deseosos de que alguien les de de comer, o de robar alguna bolsa de comida!!
Cuando llegas arriba te encuentras con pequeños templos repartidos por una cueva inmensa...
Fieles procesando oraciones...
La visita te transporta como a un mundo diferente, quien sabe si es un reclamo para que planeemos una expedición a La India, quien sabe los viajes que nos deparara el destino!
A la salida nos ha venido el temido Monzón, menos mal que estábamos abajo, aunque hemos tenido que dar prisa para ir a la estación.
Nos ha despedido una estatua divina enorme...
El tren malayo tiene sus curiosidades. Por ejemplo reserva unos vagones para único uso de mujeres...
Como se intuye en el cartel, esta prohibido el acceso a hombres solos o a mujeres acompañadas por hombres. Únicamente se permite el acceso a mujeres solas o en grupo, o con niños. En el resto de vagones se pude ir como uno quiera. El metro y lo que llaman aquí el monorail, que no es otra cosa que el tren elevado, son súper baratos. Se paga en función del número de estaciones, pero dentro de la ciudad no te pasa de 1,60 MY, apenas 0,40€.
Ahora que ya nos manejamos bien por esta ciudad, nos hemos ido a ver anochecer en las Petronas.
Es una postal auténticamente futurista, pero realidad.
Y para rematar, hemos vuelto a Coliseum para hacer la despedida de Malasia.
Mañana último país de la ruta: Singapur.
María Elena y Salva.
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