sábado, 17 de agosto de 2013

Día 16: Las Islas de Phi Phi.

De nuevo hoy nos hemos apuntado a una excursión organizada traicionando nuestro espíritu de viajero independiente, pero honestamente era la más fácil, y económico. El coste total fueron 1.300 bats, algo más de 30€ e incluye el material de la excursión, comida y desplazamientos.

La excursión nos llevaba a conocer las dos islas Phi Phi, primeramente Phi Phi Ley y posteriormente Phi  Phi Don.

Nos pasaron a recoger por el hotel con una mini bus para llevarnos al puerto de salida en Chalong Pier, allí nos esperaría una lanza rápida que iba a hacernos el desplazamiento.




La primera parada de la Isla de Phi Phi Ley en la playa de Maya Bay...


                                 

Estamos dentro de lo que podríamos llamar un nuevo destino de cine, dado que justamente aquí se rodó la película "La playa" con Leonardo Di Caprio.

Os dejo el link del trailer de la película, para que comparéis respecto a como se vio en el cine.




                                               



La arena es  blanca coralina y el agua trasparente, este binomio da como resultado un aspecto de lugar absolutamente paradisiaco.

                              

Aunque hay que ser honrado, si uno busca una playa aislada, con poca gente y no se molestado NO es esta, las primeras fotos omiten la cruda realidad...


                                               

                                           

Es tan bella, que puede llegar a morir de éxito, ya que miles de visitantes van cada día a intentar hacer sus fotos inhóspitas.

Después vuelta a la navegación... Y cerca de Phi Phi Don un poco de snorkel para hacer hambre.

                         

De ahí inmediatamente a comer... Nos esperaba un importante bufet libre para reponer fuerzas.


                                         

Unas fotitos en la playa...


                                                  

... Y directos a la paya de los monos.


                        


                                      

Los monos son bastante simpáticos y acuden en cuanto oyen el ruido de las embarcaciones, ya saben que los humanos les dan de comer. Justamente esto es lo que no me ha acabado de gustar mucho. Supongo que en un principio las barcas llevaban plátanos o frutas frescas a los monos, eso aún sucede, lo que seguro no estaba previsto es que hubiese turistas insensatos que también les dan refrescos, dulces, frutos secos y chucherías en general. Esto no es nada bueno para los a animales y las agencias deberían advertir y penalizar a los visitantes con estos comportamientos.


                                     

Después ya sólo nos dimos un chapuzón más y vuelta a Patong Beach.

En la noche nos dimos un pequeño homenaje, es la última noche en Phuket...


                       

Próxima aventura... Kuala Lumpur, Malasia.
 















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