Había que salir de Cuzco hacia Pisac, y después ir poco a poco por los sitios arqueológicos de Tombomachay, Puca-Pucará, Kenko y finalmente Sacsahuamán. Comencemos...
Pisac
Hay miles de tour que incluyen este pueblo y el resto de los de la ruta, pero fiel a nuestra filosofía independiente a las 08:30h nos hemos presentado en la calle Tulumayu, donde hay una especie de estación de autobuses, para coger un colectivo a Pisac algo menos de 1€. Una hora más tarde habíamos recorrido los 32 kilómetros que separan las dos poblaciones.
Nuestra intención era visitar las ruinas arqueológicas...
Hemos subido en un taxi a la parte de arriba de las ruinas (8€, precio fijo) y de ahí hemos comenzado con un descenso de 10 km montaña abajo. También se puede subir a pie, pero lo hemos visto como un gasto energético tonto!
La parte más alta de las ruinas comienza con estas vistas...
Se trata de andenes donde los Inkas cultivaban, en función de la altura del andén se plantaba maíz, tubérculos o trigo, fundamentalmente.
En ese mismo emplazamiento se encuentra la edificación de Hanan Pisac y su necrópolis, basada en nichos excavados en las paredes...
A partir de este punto se cruza la puerta que marca el descenso del monte hacia los siguientes puntos arqueológicos, esperan 10 km de descenso...
En cuanto caminas 30 minutos, tropiezas con el recinto de máximo interés... El Templo de la Intihuatana.
Se trata de un templo usado una vez más para analizar los movimientos de los astros, especialmente del Dios Sol. En el centro hay un reloj solar, sobre el cual se estudiaban los movimientos.
A pesar de que las ruinas son pequeñas, son ciertamente encantadoras, y más con los valles que lo rodean. Además si te animas a venir, muy probablemente, veas la Intihuatana casi en solitario, ya que los tours no van al no poder llegar con movilidad.
Inmediatamente hay que continuar camino...
El camino no es de una gran exigencia física, pero hay muchísimas subidas y escaleras, con lo cual os informamos de que no es un paseito sin más, hay que ir preparado para hacer esta actividad.
Por la senda te vas encontrando con diversas ruinas, antiguas vivienda, o torres de vigilancia, hasta que va apareciendo cada vez más cerca el pueblo de Pisac. Sin duda los Inkas tenían bien controlado quien pasaba por este valle.
También no sabes como, en mitad de la nada te encuentras una señora vendiendo sus artesanías...
Finalmente se llega a Pisac, en camino termina exactamente en el comienzo del mercado que ha dado fama a esta población.
El mercado es un totum rebolutum donde por un lado tienes artesanías de todo tipo (casi lo mismo que puedes encontrar en cualquier mercado de Perú) y por otro lado venden aquellas cosas que precisas los locales, como verduras, carne, utensilios de cocina, hierbas medicinales...
Son muy vistosas las vestimentas de las mujeres que venden y compran. Por cierto, aquí el idioma dominante sigue siendo el quechua.
Este mercado se monta cuatro días por semana y existe desde 1580 !!
En el Perú existen más de 2000 variedades diferentes de patatas, y aquí se venden unas cuantas...
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