Kioto fue la antigua capital del Imperio Japonés hasta 1869 durante muchos siglos que se trasladó a Tokio. Es por ello, que la ciudad aún conserva aquella historia centenaria, repleta de templos, palacios casas antiguas y tradiciones arraigadas de antaño.
La cantidad de templos y lugares de culto es tan grande, que es imposible visitar en tres o cuatro días, además intentarlo podría provocar estrés y aburrimiento, dado que muchos se parecen.
Esta ha sido nuestra selección.
Templo Ginkaku-ji
Hay que reconocerlo, llegamos aquí por error al confundir el autobús que llevaba a Kinkaku-ji con el que llevaba a Ginkaku-ji.
Este emplazamiento destaca por el "jardín seco", con una pirámide que pretende simular un volcán y unas formaciones a rayas que representa el mar.
La cantidad de templos y lugares de culto es tan grande, que es imposible visitar en tres o cuatro días, además intentarlo podría provocar estrés y aburrimiento, dado que muchos se parecen.
Esta ha sido nuestra selección.
Templo Ginkaku-ji
Hay que reconocerlo, llegamos aquí por error al confundir el autobús que llevaba a Kinkaku-ji con el que llevaba a Ginkaku-ji.
Una vez allí, entramos previo pago de 500 Yenes, que viene a ser la tarifa de casi todos los lugares de Kioto.
Este emplazamiento destaca por el "jardín seco", con una pirámide que pretende simular un volcán y unas formaciones a rayas que representa el mar.
A continuación se realiza un paseo por una senda que rodea el pequeño lago y la casa
A pesar de no ser de los más grandes, nos ha gustado mucho, sobre todo por la poca cantidad de visitantes que había. Y es que los grupos numerosos con guía de banderita no pasan por aquí.
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