Las letras en cirílico indican el nombre del camarada Lenin, que preside la plaza desde 1924. Hay que bajar unas escaleras que te llevan a una especie de cripta. En ella se encuentra el líder bolchevique como durmiendo, con su traje negro y con una luz blanca que ilumina su rostro. Evidentemente en el interior no se pueden hacer fotos, se trata de un lugar muy solemne, da escalofríos.
Tanto a la entrada como a la salida del mausoleo se pasa por la denominada Necropolis del Kremlin en ella se encuentran las tumbas de otros grandes líderes de la revolución, como Stalin o héroes de la URSS como el astronauta Gagarin.
Lo que es realmente increíble es ver como después de más de 25 años de caida del sistema comunista, aún hay personas rindiendo respetos a sus mentores soviéticos.
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