Da la sensación de que todo lo que tiene que pasar por el pueblo de Shangrilá tiene que pasar por aquí.
Para empezar, la plaza da a una colina donde se encuentra varios templos restaurados de una belleza extraordinaria, desde bien lejos son visibles.
Para tener una buena, obligatorio subir escaleras, aunque la vista de después vale la pena.
El templo visitable es el de Da Gui Shang, dando así nombre al parque. A día de hoy no se paga entrada, lo cuál es una noticia a tener en cuenta en este país que se paga por todo.
El templo está rodeado de miles de banderas de oración que han dejado los fieles.
Ya bajando del templo la plaza es un lugar bien activo, dónde mucha gente intenta ganarse la viña como puede.
Están las señoras que hacen trenzas, el señor que trae su búfalo para hacerse fotos, las señoras que venden fruta fresca o las que preparan carne a la parrilla, alquiler de trajes regionales para fotos...
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