viernes, 25 de agosto de 2017

Día 5: Visitar el Santuario de Fushimi-Inari.

Solamente por esta visita, ya valdría la pena ir a Kioto! Y es que, sin duda, en este santuario uno se va a llevar esos recuerdos de viaje que perdurarán toda la vida.

¿Cómo se llega? Pues para amortizar la JR Pass, lo ideal es ir a la estación central de tren y tomar uno con sentido a Nara y en dos o tres paradas te deja justo a la puerta de Fushimi Inari. No se tarda más de 15 minutos.

A la llegada, recibe a los visitantes un gran Torii, ante sala del camino que se viene a continuación.



  
Los Torii, son arcos se encuentran en casi todos los templos Sintoístas de Japón y representan la separación entre lo mundano y lo sagrado. En este enclave se encuentran la mayor cantidad de todo el país.


De hecho la gracia, es recorrer los cuatro kilómetros de senda y atravesar los miles de arcos que se van encontrando.




  
A uno le viene a la cabeza al pasar por estos arcos la escena de "Memorias de una Gheisa" donde la protagonista corre de niña por el santuario.


El camino, no es nada llano, tiene una cierta dificultad y hay que subir rampas y muchas escaleras.   Te encuentras con mucha gente que desiste de subir a la cima de la colina y te la vas encontrando de frente.



Tal y como se avanza se van llegado a pequeños altares donde las personas van realizando sus ofrendas, en forma de Torii.









Como todo buen esfuerzo, tiene recompensa. En lo alto de la colina se puede disfrutar de una vista genial de Kioto.




Pero claro, este santuario es una visita obligatoria para todos los visitantes de Kioto, abre a las 08:30h A.M. ¿Y qué pasa si no se va a primera hora? Pues que se satura, y ya no te puedes hacer ni una sola foto en solitario, además de ir como en manifestación por los Toriis.

                            

 



Así que muy aconsejable madrugar y salir a las diez u once de la mañana a más tardar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario