viernes, 11 de agosto de 2017

Día 2: Parque de Ueno y Mercado de Ameya Yokocho.

Parque de Ueno.

El parque de Ueno es uno de los oasis que se puede encontrar en esta urbe de 18 millones de habitantes, junto a la estación del mismo nombre se accede bien en metro y los ferrocarriles JR.

El recinto alberga una gran cantidad de templos de culto a los que se accede gratis y vale mucho la pena aunque sea por el paseo.



Entre todos hay un par de templos que destacan sustancialmente, por un lado el Toshou. Patrimonio nacional, y es uno de los pocos que ha sobrevivido a terremotos, guerras o incendios. Es el original desde su emplazamiento en 1612.



A la puerta de este templo, al igual que de muchos otros, se puede venden amuletos (En japonés omamori) para todo tipo de remedios: para tener buena salud, que vaya bien en los negocios, para tener fortuna en el amor... Vamos que te arreglan todo!! Eso sí, tienes que llevarlos siempre contigo.

                          


Después, los más fieles, pueden encontrar un espacio donde dejar sus plegarias, peticiones o deseos e una tablilla de madera llamada Ema.

                                       

El otro templo que destaca es el llamado Benten-do, dedicado al Buda de la flor de Loto.



Está ubicado en medio de un lago en forma de península, rodeado de miles de plantas y flores de Loto. En esta época del año están en su máximo esplendor de floración.

                                  







Mercado de Ameya Yokocho.

A unos pasos del parque de Ueno, está este mercadillo que se monta a diario.



Nacido en los tiempos de la segunda guerra mundial para comercializar cualquier cosa relacionada con el mercado negro de su época, en la actualidad se vende todo tipo de frutas, pescado, ropa, zapatos, especias... un "totum revoltum".



















  

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